De:
Noah Baumbach
(2019)
con:
Scarlett Johansson, Adam Driver, Azhy Robertson, Laura Dern, Alan Alda, Ray Liotta, Julie Hagerty y Merritt Wever.
Porque es una de esas películas que se te quedan dentro para siempre.
Porque emociona y conmueve.
Porque es un maravilloso, demoledor y agridulce fragmento de vida.
Por las lágrimas, las risas, el amor, los juegos, los regalos, las miradas, Nueva York, los ensayos, el teatro, Los Ángeles, los miedos, la culpa, el cariño, los celos, el desamor, los errores…
Por la fuerza de su historia, sus personajes, su lenguaje.
Porque Noah Baumbach es un genio absoluto.
Porque brilla como guionista y también como director.
Porque hay planos que te rompen el corazón.
Porque consigue hacerte reír y llorar a la vez.
Por todo lo que consigue trasmitir con las imágenes.
Porque es una joya visual.
Por el guión y cómo va desgranando la historia y los personajes.
Por ese dúo protagonista impecable y llenos de verdad.
Porque saltan chispas cuando están juntos y comparten pequeños gestos o grandes gritos.
Porque Adam Driver brilla.
Porque esconde todo un mundo de emociones en su interior.
Por la brutal secuencia en la que canta Being Alive de Sondheim.
Porque Scarlett Johansson está mejor que nunca.
Por la fuerza de su mirada.
Por sus lágrimas en la cama después del cuento.
Por su fascinante monólogo en el despacho de la abogada.
Por una impresionante Laura Dern.
Por el divertido momentazo de Merritt Wever con el sobre.
Por esa madre/suegra genial interpretada por Julie Hagerty.
Por la banda sonora de Randy Newman.
Por ese comienzo con las preciosas redacciones.
Porque la secuencia del portón me rompió el corazón.
Por el final.
Porque muestra que en los divorcios no hay vencedores y vencidos, solo víctimas.
Por todo eso y más.