De:
Jon Garaño, Aitor Arregi y José Mari Goenaga
(2019)
con:
Antonio de la Torre y Belén Cuesta
Porque es brutal y emocionante.
Porque fascina de principio a fin.
Porque condensa la posguerra en una habitación.
Porque pone los pelos de punta pensar en todas las historias reales en las que se basa y en todas las personas que tuvieron que estar encerradas durante décadas.
Por lo arriesgado de su propuesta.
Porque transmite una verdad que atraviesa la pantalla.
Porque Jon Garaño, Aitor Arregi y José Mari Goenaga no dejan de sorprender.
Porque Belén Cuesta brilla y conmueve.
Porque aporta un millón de matices a su Rosa.
Porque está demostrando que es una actriz potente y versátil.
Por un Antonio de la Torre soberbio.
Por todo el mundo de emociones que cuentan con esas miradas a través de la pared.
Por el guión.
Porque te hace viajar por todo el abanico de sensaciones y sentimientos.
Por cómo mantiene la tensión en todo momento pese a los 147 minutos de metraje.
Por ese comienzo de infarto.
Porque está llena de momentos únicos y especiales.
Por la subtrama del cartero.
Por ese genial monólogo de Rosa describiendo a Franco.
Por la asfixiante secuencia Del Pozo.
Por las cortinas.
Por La vida sigue igual de Julio Iglesias.
Por la impresionante dirección de fotografía.
Por la banda sonora.
Por la cuidada dirección de arte.
Por ese final sutil y certero.
Porque duele saber que el enemigo, en la mayoría de los casos, fueron los familiares y vecinos.
Porque deberíamos aprender de nuestra historia para que no se repita.
Por el miedo, la rabia, las mentiras, la lucha, la esperanza.
Por todo eso y más.